ACTUACIÓN EN BENALÚA DE LAS VILLAS
Como a toda la población española-europea-mundial, el dichoso coronavirus ha impedido a los coralistas del Millenium Granada seguir con sus actividades durante ocho meses. A mediados de marzo se cancelaron de repente todos los actos previstos hasta finales de curso, incluida la actuación estrella que el coro llevaba varios meses preparando con tesón y entusiasmo: el Festival internacional previsto para el día 2 de mayo en el auditorio Manuel de Falla.
El viernes 23 de octubre el párroco de la iglesia imperial de San Matías cumplía los 50 años de sacerdocio. Con tal motivo, celebró una misa en la iglesia de Benalúa de las Villas, su pueblo natal. Ni qué decir tiene que el Coro Millenium –cuyos miembros, por fortuna, no han sufrido contagio alguno- quiso unirse a tan fausto acontecimiento, pues don Manuel es uno de los seguidores más entusiastas de ese coro que tan amablemente acoge en las dependencias de su parroquia.
Dada la delicada situación sanitaria por la que atraviesa la provincia de Granada, tanto los coralistas como el director acudieron en sus coches particulares. A las 5 de la tarde se reunieron en la iglesia y procedieron a calentar voces. A las 6 se inició la misa, concelebrada con otros cuatro sacerdotes.
Los coralistas estaban deseando (necesitando diría yo) retomar su actividad musical, a lo que se unió el hecho de cantar en un acto tan solemne, dedicado a una persona tan querida para ellos como es don Manuel Carrillo, por lo que se logró un espléndido resultado. Y por supuesto, no podemos dejar de mencionar algo fundamental para cualquier persona dedicada a la música: la excelente sonoridad de la iglesia de la Encarnación, construida a mediados del siglo XX, de la que cabe mencionar las grandes vidrieras de vivos colores que le dan una espectacular luminosidad.
Al acabar la ceremonia, tanto don Manuel, visiblemente emocionado, como los otros cuatro sacerdotes que habían concelebrado la misa con él, felicitaron efusivamente al coro Millenium Granada por su magnífica intervención y especialmente a su director por el acierto en la elección del programa. En la mirada del profesor Algis Zaboras se reflejaba su profunda satisfacción.
¡Qué orgullo para esta cronista el haber estado allí y contarlo!