El Anuncio

Era primeros de noviembre cuando Teresa Ariza, presidente del Millenium Granada, anunció a los coralistas que Casa Ysla, la famosa Casa Ysla de Santa Fe, la de los piononos, proponía al coro hacer un spot publicitario de sus reputados dulces. Consenso inmediato y entusiasta entre los allí presentes: ¡adelante con el anuncio!

A los pocos días, aparece por el salón de ensayos el equipo de sonido –cinco técnicos, innumerables e insólitos artefactos, y varias cajas de piononos- para grabar el villancico (el estribillo del popular Navidad, Navidad, hoy es Navidad). Letra y música archiconocida, cantado al unísono: nada más fácil. Por si fuera poco, la duración del anuncio no debía pasar de los veinte segundos, de modo que los coralistas pensaron: “esto lo despachamos en un cuarto de hora como mucho”. ¡Pobrecillos! Se notaba que eran neófitos en eso de grabar anuncios televisivos… ¡¡¡¡Dos horas de reloj!!!! Hubo que grabar con piano, sin piano, con guitarra, sin guitarra, con triángulo y guitarra, con castañuelas, a capella, solo hombres, solo mujeres… luego, hubo que repetir lo mismo pero comiendo piononos y cantando a la vez… Cuando por fin los técnicos dieron por finalizada la sesión, emplazaron a los cantantes para grabar la imagen el día 16 de noviembre.

Cafetería Ysla de Santa Fe. Cinco y media de la tarde del día acordado. Coralistas vestidos de calle, con ropas invernales, como si fuera un día de Navidad. Algunos de ellos han traído a sus nietos para dar un carácter intergeneracional al anuncio. Sesión de maquillaje, previa a la grabación, a cargo de la estilista Estrella Fernández (a la que todos agradecieron su compromiso desinteresado con el coro Millenium Granada). Pero antes de empezar la grabación surge un problema: ¡hace falta un Papá Noel! Los responsables del spot habían pensado en uno, ciertamente, pero era tan jovencito, tan moreno, tan alto, y tan delgado… que no daba la talla. Así que buscando por entre los allí congregados, dieron con el Papá Noel perfecto: acompañando a su mujer, que es contralto del coro, andaba por allí un señor, Fernando Rubio, hombre ya entrado en años; no demasiado alto; algo rechoncho; con barba, bigote y pelo níveos, que se prestó gustoso a disfrazarse de rojo. Y, todo hay que decirlo, quedó muy propio y terminó siendo el actor estelar del anuncio.

Por fin, empieza la grabación de vídeo. Todos los coralistas con su pionono en la mano, hacen play-back sobre la banda sonora, ya definitiva, extraída de la grabación realizada unos días antes en el local de San Matías. Sobre sus cabezas, bufandas y abrigos, nieve artificial que uno de los técnicos va echando a puñados. Y vuelta a empezar con las repeticiones: con niños, sin niños, pasando bandejas de piononos, bailando in situ, comiendo, sin comer, sonrientes, bulliciosos y un largo etcétera… ¡¡¡¡Otras dos horas de grabación!!!!

Allí estaba también el fotógrafo oficial del coro, José María González, haciendo fotos sin parar (fotos bellísimas, que aparecen en la pestaña “Galería” de esta página web) a quien todos los coralistas agradecieron su generosa colaboración. Realizó un completísimo reportaje que se inicia con la sesión de maquillaje y termina con todo el coro cantando, amén de varias fotos individuales de los distintos participantes. ¡Un profesional como la copa de un pino!

Cuando los técnicos dieron su visto bueno y antes de abandonar la cafetería, todos los miembros del coro Millenium Granada recibieron un exquisito obsequio: una caja de piononos y una bolsa de mantecados que, no me cabe duda, saborearán esta Navidad junto a sus familiares y amigos, recordando, con cada bocado, la simpática experiencia que supuso para ellos grabar su primer anuncio televisivo.